Empezaría tu canción sólo con mi voz y un piano, como en The Shadowlands de Ryan Adams. Poco a poco se irían incorporando la guitarra, el bajo, la batería, el arpa y hasta la orquesta sinfónica de Londres. Todo sería poco para que sonara como quiero, como quiero que la oigas, como quiero que la llores y como quiero que la rías. Luego te haría una versión acústica para cantártela despeinado cada mañana mientras me miras y tomas té.
Dedicado a la memoria de María Dolores Durán Santiago, asesinada el 11 de marzo de 2004.