Si, voy a leer en tu boda. No porque me lo hayas pedido sino porque te lo he exigido. Hombre! ¿Cómo voy a estar allí sin decirte lo que me has aportado, sin decirte lo que te quiero? ¿Cuántas valerianas me tendré que tomar para poder hablar?
Llevo meses pensando en que tengo que preparar el discurso... ahora quedan 2 semanas escasas y no he escrito ni una línea. Miento, he escrito muchas y todas han sido borradas. O me paso de frío o me paso de hortera. Y es que como tú me has enseñado, la vida es una contradicción y como ella, yo. Y tú. Y todos.