Ya no estoy seguro de no ser capaz de pegarle a alguien. La clase de boxeo del viernes me sentó tan bien que de camino a casa me hubiera gustado que algún capullo se saltara un semáforo, me pitara o simplemente me mirara mal. Así que he decidido que, o lo dejo o no permito que mi santa paciencia se vaya con otro. Dormí de perlas. Hoy, más. O quizá no.
Dedicado a la memoria de Marta del Río Menéndez, asesinada el 11 de marzo de 2004.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home