Hoy, 31 de julio es la operación salida. Tengo un amigo que espera este día como agua de mayo. Pero nunca encuentra a una salida dispuesta a operarse. Y mira que el pobre le pone empeño, pero nada de nada. Busca, rebusca y requetebusca pero dice que las salidas de hoy en día están tan bien indicadas que enseguida las encuentra otro y a él le toca quedarse en el arcén.

Siempre me han dicho que la mejor arma para luchar contra la discriminación es la información. Por eso la noticia que he escuchado esta mañana me ha puesto los pelos de punta. En Nueva York hay un instituto donde los gays y lesbianas son insultados, golpeados y humillados. Solución: les han hecho un instituto para ellos. Que viva la integración, el respeto y la educación. ¿Qué será lo próximo, un instituto para gordos, para bajitos o para pelirrojos?

Quiero ser famoso. Que me pidan autógrafos por la calle. Que se me quede mirando la cajera del super y me diga que quiere un hijo mío. Que mi madre me vea comiendo en su casa y por la tele a la vez y llevarme a mi hermana de gira. Que mi padre lo sepa. Que mis vecinos salgan haciendo declaraciones y me salgan amantes por doquier. Que una foto mía valga millones.

Tengo una casa de tres plantas. La de abajo es el salón, es bastante amplia y está pintada de color vainilla. En la segunda no sé bien lo que hay, pero la escalera de acceso es retorcida y estrecha. El suelo de la tercer planta es el colchón de mi cama y no se puede subir con zapatos. Está muy iluminada y se respira libertad.

Declaro el día de hoy en este blog como el Día de lo Políticamente Incorrecto. Y como tal, le voy a preguntar a mis compañeros de trabajo cuánto cobran. Le diré a mi madre que cocina fatal y eructaré después de tomarme una cerveza. No cederé mi asiento a la embarazada de todos los días y pegaré un moco en el ascensor. Y sólo para empezar.

Miércoles de consejo: ten cuidado cuando vayas a subir a un ascensor y estés jugando con las llaves de casa. Se te pueden caer por el hueco y te tocará llamar a los técnicos, que quizá estén de vacaciones por ser las fechas que son. Y si no lo están, casi peor porque todos tus vecinos te van a ver hacer el ridículo. Y serás “el de las llaves” hasta que te cambies de casa. Moraleja: urbanización carísima de Madrid donde vive la Obregón.

He pensado alguna vez en crear un blog de convivencia. Algo así como el Blog Hermano. Metería a unos cuantos juntos y cada semana se expulsaría a uno en función de votaciones siempre democráticas. Cada expulsado se pasearía por otros blogs poniendo verde a los que quedan dentro y éstos pactarían, jugarían, llorarían mucho y sentirían cosas que nunca se imaginaron que podían sentir. El ganador se llevaría un curso de islandés para poder hablar con Hulda. El casting está abierto.

Horrible sensación cuando salgo a la calle y no conozco a nadie. Cuando compro el pan y la panadera no es la misma. Cuando la verdulería es ahora un videoclub y en el estanco no está el estanquero. Cuando mi jefe es otro y otros mis compañeros de trabajo e incluso mi trabajo es otro. Así que casi dejamos la cena para otro día ¿vale?

Harto de no encontrarme, me he buscado en google, en castellano que me entiendo mejor. Francamente, no esperaba que hasta él quiera cambiarme, "quiso decir body". No, no quise decir body como no quise decir tantas cosas que no dije. Apaga y vámonos.

Lista de la compra:
- Leche de soja
- Yogures desnatados con trocitos de fruta
- Espinacas que debo de tener el hierro bajo
- Calabacines
- Pimientos rojos para asar
- Zanahorias que se me va el bronceado
- Vino blanco
- Algo de fruta, melón, sandía, cerezas, piña...
- Cogollos de lechuga
- Pasas, pistachos y nueces
- Pasta (casi se me olvida!)
- Sal para el lavavajillas.

Has tenido todo el día para hacerlo, maldita. Lo podrías haber hecho al despertarte, antes de comer, después de la siesta, hace un momento. Pero no, te tienes que esperar a que te cambie el lecho para dejarlo otra vez sucio. Menos mal que eres una gata, porque si no...

Hoy no escribo yo, hoy escribe John Garrison:
I got this feeling when I look you in the eye
I got this feeling & I know that something died
And with this feeling comes the baggage that I'll try to hide
...

La felicidad... creen haber descubierto una fórmula para conseguirla. 40 estudiosos del tema han llegado a la conclusión de que lo que más felices nos hace es estar casados y tener trabajo. Ni el dinero, ni los hijos ni el sexo. No me jodas. ¿Sabéis lo que podríais haber hecho con el dinero que habéis invertido en el estudio más estúpido de la temporada? Hacer feliz a alguien dándole, por ejemplo, de comer.

Estoy encima de mí, mirándome desde el techo de mi habitación. Que raro soy. Pensaba que cuando la gente dormía, tenía cara de relax, de estar en otro mundo. Pero yo no. Me río, me muevo, me rasco, me despierto y me vuelvo a dormir. Lo que más hago es reírme, me paso horas riéndome mientras duermo. Me voy a mirar a más gente, a ver qué hace.

Tengo tantas cosas que hacer cada día no sé por dónde empezar. Decidido, empezaré por desayunar. Leche, tostadas y zumo. La leche, entera que está más buena. No, mejor de soja que es más sana. Y con cola-cao que le dé sabor. O no, mejor con café y me despierto. Eso, un café con leche de soja y dos cucharadas de azúcar. Claro que la sacarina no engorda... pero está tan mala... Ya está, un café con leche de soja y azúcar moreno. Mierda, ¿café de verdad o soluble? Soluble que es más rápido. Pero el de verdad tiene más cafeína que es lo que necesito. Y ahora las tostadas ¿con mantequilla y mermelada, con tomate, con aceite y sal, con queso fresco, con miel?

La gente es muy fuerte. Y no me refiero a la gente que sale en los periódicos protagonizando noticias surrealistas como los detenidos con kilos de pastillas, coca y hachís en una fiesta “Diviértete sin drogas”, sino a la gente que nos rodea. Como una compañera de trabajo, que le digo que han sacado al milano real de las Baleares del catálogo nacional de especies amenazadas y no se le ocurre otra cosa que responder “mira que bien, ya lo podemos ir a cazar”.

De pequeño me encantaba la idea de poder parar el tiempo juntando los índices, como en una serie de TV cuyo nombre no recuerdo. No estaría nada mal poderlo hacer de mayor. Pararía el reloj y aprovecharía para visitar sitios imposibles, subirme a los tejados, tocar a la gente. Y cuando tuviera bastante, volvería a poner en marcha las saetas y me reiría mucho.

Esclavo del despertador que interrumpe mis sueños, esclavo de las 15.00 que me obliga a comer aunque no tenga hambre, esclavo de los ojos que delatan mi deseo, esclavo de la televisión que me hace adelgazar, esclavo de las palabras que te mintieron, esclavo de la libertad que no me permite hacer nada, esclavo de la música que me atormenta, esclavo de la tristeza que me esclaviza.

Recuerdo perfectamente el día que descubrí mis orejas. Estaba acostado con mi padre no sé por qué razón y la visión de sus orejas me fascinaba. Las tocaba con curiosidad y escondía mis manos como si estuviera tocando algo prohibido. Y me producían risa. Entonces, sin dame cuenta toque mi cabeza y ¡yo también tenía! Creo que es el primer recuerdo que tengo y uno de los momentos más felices que he pasado en mi vida, descubrir que a cada lado de mi cara tenía una oreja.

Esta tarde toca gimnasio. Me voy a subir en la máquina de reducir frustraciones aunque me cuesta la misma vida. Y después iré a la de fortalecer la autoestima, si es que está libre. Espero que hayan reparado ya la de elevar el ánimo y me lo deje preparado y con ganas de sacarte una sonrisa.

Insistes en pasear por la playa, pero no entiendes lo que significa. Te doy pistas: es pesado, te quemas bajo el sol y te da igual, se te seca la boca por el viento seco que hace hoy y cada vez cuesta más hablar, te despeinas y cada cuatro pasos que das viene una ola que los borra. Y las gaviotas vuelan encima de ti sin importarles lo que te pasa, sólo preocupadas en pescar un buen pez que llevarse a la boca.

Al subir hoy en el tren me doy cuenta de que me he dejado en casa el móvil (fantástico), las gafas de sol (trágico) y las llaves. No importa, ya veré cómo entro. Hay que ser positivo. Me siento en el vagón de siempre. Los exámenes deberían acabar antes, se va estupendamente sin ingenuos estudiantes que te machacan con las historias de hace tres años en tu vida. Ahora sólo vamos currantes con dos tipos de pensamientos: “necesito vacaciones ya” y “coño, queréis callar ya que no me concentro en mi aburrido libro para dormir!”.