Tenemos en los ordenadores de la empresa que están en red un sistema de mensajería instantánea tipo messenger que espero que ningún informático con nómina pueda leer. En especial aquel al que mi compañero de trabajo y servidor llamamos con calentura “el informático del amor”. Y es que mola tener otro gay en la empresa. Aunque me diga cosas como que huelo a vicio y me ofrezca compulsivamente bolis, post-its, y cualquier otro desechable de oficina que potencialmente pudiera necesitar.
Dedicado a la memoria de Emilian Popescu, asesinado el 11 de marzo de 2004.
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