A ver qué te parece esta iniciativa: una vez los homosexuales podamos casarnos sería muy bonito mandar invitaciones de boda a Benigno Blanco, a Cristina López Schlichting, a Rouco Varela, a Reig Pla, a Acebes, a Zaplana, a Ana Botella, a Trillo, a Cotino (cuyo padre se dice que bebía mucho y cuya madre tuvo, a falta de cariño, la mala costumbre de sobreprotegerlo) y a todos los obispos y peperos que no respetan la libertad ni la democracia. Claro, al final vendría la letra pequeña aclarando el simbolismo de la misiva.
Dedicado a la memoria de Felipe Pinel Alonso, asesinado el 11 de marzo de 2004.
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