He heredado de mi madre la agradecida facultad de sonreir ante la procupación. Es un mecanismo de defensa que intenta quitarle gravedad a lo que puede ser mortal. Así que no me vengas con tonterías y déjame sonreir tranquilo aqui, en la esquina de la cocina a la que llega el sol.
Dedicado a la memoria de Maria Teresa Mora Valero, asesinada el 11 de marzo de 2004.
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