Llevo unos días sin decir nada, lo sé. Tú tampoco es que te salgas, vamos que no se te va a quedar la boca seca. Y es que me siento tan frágil que temo morderme la lengua y que caiga destrozada, o que al hacer vibrar mis cuerdas vocales, se rompan como le pasó a las de la guitarra de aquel inglés. Y como andar sobre la cuerda floja no está hecho para mí, prefiero concentrarme en mis pasos y no aplastarme contra el suelo; o en mirar al cielo, subir el volumen de la música y dios dirá.
Dedicado a la memoria de Pedro Hermida Martín, asesinado el 11 de marzo de 2004.
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