Siempre que me lo permitas, voy a estar acompañándote cada mañana. Para besarte y decirte buenos días, para pelear por ver quién se levanta antes. Para que tomemos café juntos y nos riamos de nuestras ojeras. Para decirte lo bien o lo fatal que te has peinado hoy y para que me digas que me meta la camisa por dentro.
Dedicado a la memoria de Carlos Marino Fernández Dávila, asesinado el 11 de marzo de 2004.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home