Te escribo de nuevo desde aquí, desde detrás de la mesa empolvorizada de mi despacho con el café ardiendo y amenazando mi estómago. La pila de informes casi llega al techo de este viejo edificio. Ya estoy mejor. Débil pero mejor. Además ha salido el sol. Un beso.
Dedicado a la memoria de Tibor Budi, asesinado el 11 de marzo de 2004.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home