Después de comprobar que todos mis seres queridos que viven en Madrid están bien, no pude dejar de llorar. Es la primera vez que me ven llorar en el trabajo y no lo esperaban porque suelo estar de buen humor, pero cuando por fin diste señales de vida toda la presión salió en forma líquida. Hoy no iba a escribir. Falta de ganas, falta de todo menos de rabia, que me sobra. Pero las ratas asesinas no me van a hacer callar ni esta tarde a las 19.00 ni el domingo en las urnas ni nunca.
MI PADRE NO LO SABE
Segunda versión de este blog que no pretende más que dar rienda suelta a mis pensamientos, vivencias y ocurrencias de última hora. Por supuesto, tod@s invitados. Y no... mi padre no lo sabe.
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