Era el perdedor que quería que lo matasen, tan cobarde que ni siquiera se atrevía a hacerlo él mismo. Era el volcán de la era glaciar, la rueda de repuesto de otros, el que siempre invitaba a café. Y no se quitaba las gafas de sol por la noche porque tenía miedo de que el sol saliera sin avisar.
MI PADRE NO LO SABE
Segunda versión de este blog que no pretende más que dar rienda suelta a mis pensamientos, vivencias y ocurrencias de última hora. Por supuesto, tod@s invitados. Y no... mi padre no lo sabe.
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